Opinión
Antonio Colmenares Martínez
Existe la tendencia de funcionarios del actual gobierno del departamento Archipiélago de culpar a la prensa, al menos a parte de ella, o a la oposición, de los problemas que son totalmente evidentes y que no inventan ni los unos, ni los otros porque son problemas a los que no les cabe ninguna interpretación, saltan a la vista y la sufren a diario los pacientes, han sido ‘cosa de siempre’ y por eso se ‘normalizan’ y nunca se solucionan.
¿En que se equivoca la prensa o los usuarios de las redes al compartir videos sobre la situación del Hospital, no solo por las consecuencias del fuerte aguacero que puso en relieve la falta de mantenimiento de las canaletas y techos, así como el grave deterioro de muebles, sábanas, colchones, camillas y mesas, hechos por el mismo Procurador Delegado para la Salud, Gelman Rodríguez, en su visita de inspección?
Entonces, ante la denuncia de este funcionario del ministerio público, testigo directo de lo que pasa en el centro asistencial, la administración calificó como ‘temerarios’ a los medios locales y nacionales que informaron sobre lo ocurrido. Agregan los funcionarios de la gobernación que hubo ‘desinformación’ porque todo lo que se dijo era falso. ¿Son falsos los videos y las declaraciones del Procurador Rodríguez, que le contó al país las condiciones internas de un hospital que no tiene una ruta segura para evacuar los desechos biológicos y que hacen tránsito cerca de la cocina, que la planta de tratamiento de esos residuos hospitalarios, que la gobernación mostró a través de redes como nueva y puesta en servicio, está dañada según el delegado del ministerio público, o que hay colchones rotos, camillas y mesas oxidadas, o qua falta personal especializado para la atención de la nueva UCI que a propósito, recién inaugurada tiene problemas en el piso y que el Procurador señaló como un inconveniente grave porque no se puede lograr la total asepsia?
La ciudadanía de las islas se benefició con esas denuncias porque de inmediato el ministerio de la Salud, decidió apoyar a la administración departamental y de paso comenzar a cumplir también con las obligaciones que por Constitución deben honrar.
Sale el funcionario encargado de la salud en las islas a desmentir y a culpar a la prensa nacional y local sobre las informaciones que hicieron conocer al país sobre estas pésimas condiciones del hospital, que entre otras cosas el Tribunal Administrativo ha señalado y ha ordenado que se solucione pero que se olvida y sobre esos fallos hay desacatos sobre desacatos.
A las claras se ve que el funcionario de la gobernación encargado de la salud, no sabía sobre todo lo que ocurre, no solo con los techos, sino con todos los elementos en proceso de deterioro y que, así como están debe servir para atender pacientes en las peores condiciones de higiene. La ignorancia de los funcionarios no es disculpa ni puede servirles de trinchera para ocultar la falta de gestión o para ‘sacarle el cuerpo’ a sus obligaciones.
No puede salir este funcionario a estas alturas, además con pandemia, a pedirle al operador que le haga un completo informe de las condiciones del hospital como respuesta a las denuncias de un Procurador Delegado. Ese informe debió pedirlo la nueva administración, en enero, comenzando su trabajo para saber con qué se contaba con miras a la creación de la Empresa Social del Estado y por encima de todo para cumplir con la orden Constitucional de prestar un buen servicio de salud a los gobernados, con pandemia y sin ella.
Pero, tenían como todos los anteriores administradores, la idea de que no tenían porqué solucionar los problemas que les heredaron sus antecesores y como ellos, no hicieron nada pues consideran que lo mejor es seguir en las mismas: No hacer nada. Dejaron que el operador solucionara y el gobierno departamental, ni en esta administración, ni en las anteriores, ni siquiera hicieron inspección, seguimiento o vigilancia. No contaban con la pandemia y menos que la Procuraduría, primero les diera tres días para solucionar los graves problemas y no tenían en sus agendas la visita del Procurador Delegado y que, además, lloviera para poner en primer plano lo que ocurre siempre en el Hospital y que no había voluntad de nadie para solucionar.
Ante esa vergüenza nacional, debían culpar a alguien y claro, que mejor que la prensa, para seguir con el fenómeno de los ‘chivos expiatorios’, de los que tanto se habla en esta administración. La pregunta es ¿qué querían? ¿qué la prensa ante estas evidencias no dijera nada? Los secretarios de esta administración deben recordar que no toda la prensa está en la nómina de contratistas de la administración. Ese segmento de la prensa debe entender que tener un contrato con el gobierno no es un delito, pero no incluye evitar que se conozca la verdad y que siempre se tiene la libertad de tratar las noticias de manera que se honre la tarea de defender lo que la comunidad debe saber.