Claudia Castiblanco López
La gran trayectoria y pasión por la historia, sus aportes y por elevar la voz para no olvidar la ancestralidad del territorio departamental, le valió al optómetra, Samuel Robinson Davis, quien también es el presidente de la asociación de la Casa de la Cultura San Andrés, su nombramiento como miembro correspondiente de la Academia de Historia de Colombia.
El historiador isleño dialogó con el Semanario El Extra acerca de esta distinción.
“Para mí es un placer y un honor, yo sería el segundo miembro de la Academia Colombiana de Historia, inicialmente hace unos 25 años fue nombrado el profesor e historiador, Walwin Peterson Bent. Yo no soy un historiador, soy optómetra, pero soy amante de la historia, esa ha sido mi pasión y debido a eso estoy en el proceso de fundar aquí en San Andrés, que ya tenemos casi todo, donde inicialmente se empezó a hacer la Academia Departamental de Historia, del cual el profesor Walwin Peterson era presidente y yo vicepresidente, desafortunadamente nos hemos distanciado mucho, pero ese vínculo me ligo a la Academia Colombiana de Historia, y agradezco inmensamente la oportunidad de estar yendo a la academia a Enrique Gaviria Liévano presidente en ese tiempo de la Academia de Historia, y quien me impulso a fundar la Academia Departamental de Historia”, dijo.
¿Cómo se logró este nombramiento?
Es un proceso largo, hay que presentar unos trabajos, y un tipo de inventario de las actividades que he hecho a través de la historia, conferencias, artículos por ejemplo y presentar todo. Hay una junta de afiliación en la academia, donde tuve el honor de ser postulado para ser miembro y más o menos en el mes de marzo hicieron la votación y me eligieron como Miembro Correspondiente de la Academia Colombiana de Historia.
Primero uno es miembro correspondiente, luego de unos años pasa a ser miembro de número, después de muchos años y más méritos se pasa a ser miembro honorario. Lo más importante es que estoy aceptado en la academia, ahora debo presentar un trabajo para la toma de posesión, pero debido a la pandemia está un poco demorado. Para mí es un honor pertenecer a tan distinguida institución, ofrezco esto a mi comunidad de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
¿Cuál de los trabajos que ha realizado piensa que lo llevó al mérito de esta postulación en la academia?
Sobre todo, he trabajado históricamente en específico la Toponimia, algo que me apasiona demasiado, el de los nombres originales que hemos violentado, no solo en el archipiélago sino en el país en general, es patrimonio inmaterial que debemos proteger y ser insistentes en que no se pueden hacer cambios o traducciones literales pues muchos nombres son apellidos y legados dados por las características de cada sector.
¿Qué trabajo piensa presentar para el momento de posesión?
Quiero trabajar sobre el diferendo colombo-nicaragüense, pero yo lo tomo desde el punto de vista social, sobre hermandad entre dos pueblos, sobre la Mosquitia, específicamente territorio de la costa caribe de Nicaragua y el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Todos tenemos familia ahí o que vinieron de allá, hay Downs, hay Robinson, hay Forbes, McClean, Hodgson, todos somos un solo pueblo, nos separa la parte geopolítica, quiero que la comunidad entienda que somos dos pueblos hermanos. Quiero rescatar ese nexo, la afinidad, desde un punto de vista geográfico pertenecemos a la Mosquitia. Somos afines, tenemos que conocernos, y recuperar esa hermandad que desde el punto político nos han separado.