Antonio Colmenares Martínez
Llama la atención que el Cuerpo de Profesionales Oficiales de la Fuerza Aérea Colombiana, no tuvo necesidad de anunciar visita, ni prometer ayudas, sino que de inmediato y casi simultáneamente con la llegada de la ministra del Interior a San Andrés, enviaron tres toneladas de ayudas humanitarias para apoyar a las familias afectadas por el coletazo del huracán Eta. Muchas gracias profesionales de la Fuerza Aérea, su ayuda es gran bálsamo para los damnificados y un ejemplo de que cuando hay intención y verdadera voluntad de dar, no se publica, se hace. Sin tanto ‘cacareo’, se actúa y listo.
Soñar no cuesta no cuesta nada. Que bueno sería que el gobierno nacional actuara con la misma presteza y antes de anunciar y hacer visitas de inspección con el ‘chorrero’ de promesas, llegara la ayuda a los más necesitados, siempre y cuando se pudiera contar con el informe total de la gobernación que incluyera balance de lo ocurrido, con el censo de familias afectadas y la lista de lo que hace falta. Estrategias que incluyan apoyo real y efectivo al sector de la salud, a los empresarios, para que puedan dar empleo y no que en pocos días también después de cerrar sus locales tengan que hacer fila para recibir los mercados que llevan de buena fe entidades como la Fuerza Aérea.
Es muy simpático ver a una ministra con bata china y zapatos tenis, embarrándose en los lugares inundados, o escuchando a las ‘fuerzas vivas de la región’, pero deja un sabor a déjà vu, o a ¿cuántos funcionarios, en cuántas ocasiones se les ha escuchado lo mismo?: “sabemos que necesitan más ayudas, más capacitación y por eso, logramos para el año entrante aumentar en aproximadamente treinta mil millones más, el presupuesto de bomberos en el país. Yo me comprometo que para Providencia habrá un carro de bomberos lo más pronto posible”, o esta otra ‘novedosa’ frase: “Tuvimos una reunión con el gabinete de gobierno, con el señor gobernador en donde nos presentaron un plan de acción que desde el gobierno nacional queremos trabajar, queremos apoyar, en donde principalmente se hace referencia a las vías, al tema de vivienda, a lograr con medio ambiente todo el tema de mitigación a través de recursos naturales, el tema de transferencias monetarias, todo lo que es el sector de comercio y restaurante”. ¿-A quién le escuché eso-?
¿En serio? ¿quieren apoyar?, ¿de verdad el gobierno sabe que se necesitan más ayudas?, bueno eso ya es un avance.
Toda ese discurso de ‘utilería’, es, palabras más, palabras menos, idéntico a los inteligentes discursos de los ministros, canciller y presidente cuando el fallo de la Haya, o en las diferentes emergencias sufridas por los habitantes de las islas, vienen los funcionarios, hacen presencia, se van y ya desde el avión, en su viaje de regreso olvidan los compromisos y en el mejor de los casos delegan a funcionarios venales que convierten las ayudas a través de jugosos contratos en grandes posibilidades de quedarse con una buena tajada, mediante manipulación de los recursos con voraces y bien entrenados contratistas que son los que realmente se benefician con los capitales que nunca llegan al Archipiélago.
De manera que este déjà vu es casi seguro, ojalá no, se repetirá una y otra vez, con miles de promesas que deja a la comunidad isleña extasiada, ilusionada, observando al presidente en guayabera y a la ministra del Interior con su vestido chino que para esta parte del mundo es una colorida bata levantadora y a los demás ministros, muy circunspectos con sus chalecos oficiales, mientras las verdaderas acciones del gobierno nacional, que por Constitución son de obligatorio cumplimiento, se van olvidando con el paso de los días.
No se puede decir que no ha habido presencia. Todos los presidentes de la historia reciente del país se han tomado la ‘molestia’ de hacer la visita, para hablar de la gran cantidad de necesidades insatisfechas, pero en la sumatoria es muy poco lo que esta región se ha beneficiado.
Si se observa con detenimiento, no es directamente proporcional el número de visitas del gobierno con las obras y beneficios para la comunidad.
Para no ir muy lejos, el actual presidente, Iván Duque, al día siguiente de posesionarse, llenó el avión con cuanto ministro encontró y viajó a San Andrés para cumplir con la promesa hecha en campaña, en cuanto la especial atención que le dedicaría a ‘su querido Archipiélago’, pero fue solo una acción de promesero como los que prometen subir a Monserrate, o ir a la iglesia del Señor Caído de Buga, o la visita al Santo Eccehomo, pero nada más.
¡Ah!, eso sí, en otra visita inauguró el Centro Logístico Humanitario en el sector del Radar para la respuesta a emergencias y luego con el taller construyendo país en la Casa Lúdica de la Loma Cove, en desarrollo de su Consejo Comunitario número 20, adelantó otro número de promesas, eso, solo promesas.
La consejera, en ese momento, para las Regiones, Karen Abudinen Abuchaibe, realizó un recorrido por los barrios Santana y Cliff, de la isla de San Andrés, para conocer de primera mano el sentir y las necesidades de sus habitantes. “Vinimos a San Andrés a ponernos al servicio de la gente y a trabajar en equipo para encontrar beneficios y oportunidades para todos”, dijo. Hay dudas de que la frase fue reutilizada la semana pasada por la ministra del kimono.
De manera que, muchas gracias por la visita señores del gobierno nacional, pero en las islas la pandemia, la falta de recursos, los efectos negativos del coletazo del huracán Eta son muy graves y solo comparables con las gravísimas consecuencias del olvido institucional, de la miopía, que gobierno tras gobierno se ha tenido con referencia al departamento Archipiélago colombiano.
Bienvenidos, vengan a pasear a San Andrés, como el Fiscal, aún en pandemia, pero ojalá lo hagan después de girar los recursos, cuando la gente no solo pida ayuda, sino que les dediquen la mejor sonrisa agradecida como se la dedican ahora al Cuerpo de Profesionales Oficiales de la Fuerza Aérea Colombiana.